La policía cubana capturó este viernes al presunto autor de un doble asesinato que conmocionó a la provincia de Artemisa la semana pasada.
Cuando lo arrestaron el hombre estaba armado con una escopeta. “Al verse rodeado, el individuo se disparó en la cabeza”, confirmaron las autoridades.
Inicialmente fue trasladado bajo custodia al hospital de Bahía Honda, luego a San Cristóbal y por último al Calixto García, en La Habana, donde permanece en estado crítico “con signos vitales estables”.
De acuerdo al reporte, el hombre se había fugado de la prisión de Ceiba días antes de cometer el crimen. Ahora está acusado de asesinar a Francisco Torres Rodríguez, de 80 años, y a su hijo Yaciel Torres Remedio, de 46, en la finca El Cusco, en Candelaria, el pasado 5 de septiembre.
Los cuerpos del padre y su hijo fueron hallados en diferentes puntos de la propiedad.
La violencia en Cuba se ha disparado en los últimos años en medio de la peor crisis que ha vivido la isla en décadas.
Un reciente informe del Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana (OCAC) documentó 1.319 delitos entre enero y junio de 2025, incluidos 63 asesinatos y 721 robos.
El reporte señaló además “la creciente disponibilidad de armas de fuego” y acusó al gobierno de priorizar la represión política por encima de la seguridad ciudadana.
"En el caso cubano, décadas de represión política y control autoritario han instalado la idea de que la violencia es un recurso legítimo, lo que se reproduce por supuesto en las relaciones sociales cotidianas”, dijo recientemente a Martí Noticias el investigador José Manuel González Rubines, del OCAC.
"La pérdida de sensibilidad frente al dolor ajeno, la rabia acumulada, la falta del control de impulsos. Todo podría condensarse en una palabra que es la frustración y, también, en la sensación de impunidad generada por cuerpos de seguridad que se usan para reprimir disidentes políticos en lugar de resolver delitos”, puntualizó el especialista.
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