El reciente colapso del sistema energético nacional en Cuba, sumado a los continuos y prolongados cortes de electricidad, ha impactado en múltiples facetas de la vida diaria en la isla.
La escasez de suministro eléctrico genera interrupciones en el abasto de agua, el deterioro de alimentos que requieren refrigeración, el cese de las operaciones bancarias y la inactividad de los centros de salud.
“Es crítico. Todo se detuvo por completo y hoy amaneció igual que ayer”, señaló la activista Dunia Medina, residente en el barrio de Santos Suárez, en La Habana.
En Consolación del Sur, Pinar del Río, una residente que se identificó como Umelia, manifestó que lleva tres días sin servicio eléctrico. "Compré salchicha ahora y tuve que cocinarlas”.
La activista Maidoli Uribes, quien reside en Palmarito de Cauto, Santiago de Cuba, dijo que estuvo más de 40 horas sin electricidad.
“Ahora en el horario de la mañana fue que nos restablecieron el servicio, pero dicen que es solo por tres horas”, comentó.
Uribes tuvo que asistir a una persona y al llegar al centro de salud de la zona, encontró que los doctores asistían a los pacientes casi a oscuras, debido a la falta de un generador eléctrico para emergencias. “No tienen con qué iluminar a los pacientes, el policlínico de aquí no tiene planta”, aseguró.
El analista y opositor Julio Aliaga Pezán explicó a nuestra redacción que todos los municipios de La Habana, incluido Plaza de la Revolución, se están viendo afectados.
“Hay zonas priorizadas a las que, por supuesto, no se les va la luz", dijo y aclaró que la mayoría de las áreas del municipio Plaza están afectadas.
El humorista Rigoberto Ferrera utilizó su cuenta de Facebook para ironizar sobre la realidad actual: “Aquí no hay tiempo. Cuando se va la luz, se va el agua, entra un ciclón, se cae el Sistema Nacional energético, no te dejan vivir, me refiero a los mosquitos”.
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